viernes, 17 de febrero de 2012

La Fijación De Límites


LA FIJACION DE LÍMITES


Para proteger nuestra pureza, necesitamos fijarnos unos límites mentales.
En una escala de uno a diez, el adulterio y la adicción a la pornografía podrían ocupar un diez, en la parte superior de la escala.
Ahora bien, la pregunta es esta: ¿Cuáles fueron los escalones inferiores de esa escala,  los del uno, el dos y el tres?
Cuando los identificamos, podemos evitar los desastres.
Durante años, yo no me permití entrar a nuestro supermercado local por una puerta determinada, a causa de unos anaqueles con revistas. Más tarde, mi disciplina mental fue suficientemente fuerte para mantener apartada la vista. Pero hasta ese momento, respete mis límites. Era algo incomodo, pero era poco como precio para pagar por guardar mi pureza.
Tenemos televisión, pero no tenemos cable. No porque nos parezca que es malo, sino porque no queremos más tentaciones en nuestro hogar.
No le estoy diciendo lo que tiene que hacer, los límites varían de una persona a otra:
·         Un límite podría ser no hacer fila en una contadora de un establecimiento donde haya en exhibición ciertas revistas.
·         No ir en auto por cierta zona de la Ciudad.
·         Nunca salir solo en viaje de negocios.
·         No ver a un artista en particular, o escuchar a un músico determinado.
No podemos fortalecer nuestra pureza sexual si seguimos haciendo lo que siempre hemos hecho.
Los límites impiden que la tentación pueda poner un pie en nosotros. Se besan en la premisa de que no podemos fortalecer nuestra pureza sexual si seguimos haciendo lo que siempre hemos hecho.
 Tenemos que cambiar nuestros hábitos. Somos centinelas encargados de  proteger algo de valor inmensamente estratégico. Nuestro Comandante nos dice:
¨Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de el mana la vida¨. (Proverbios 4:23)
¨Sobre toda cosa¨ significa que esto se debe hallar en primer lugar en nuestra lista diaria de cosas por hacer. Tiene importancia suma que protejamos nuestro ser interior contra nuevas fuentes de tentación.
No le debemos proporcionar municiones a nuestro enemigo para que las use en contra nuestra. Debemos obligar a nuestra naturaleza de pecados a alejarse de la información vieja (que se va desvaneciendo con el paso del tiempo). Mientras tanto, nos debemos asegurar que nuestra información nueva sea pura y honre a Cristo.
Por supuesto, su carne le exigirá que le proporcione nuevo combustible. ¨Aliméntame¨, le gritara. Niéguese mientras hace esta oración: ¨aparta mis ojos, que no vean la vanidad; avívame en tu camino¨ (Salmo 119:37). Usted mismo se convierte en parte de la respuesta a esa oración suya al apartar sus ojos. (Le sugiero que escriba este versículo y lo ponga en su televisor.)
No nos debemos conformar al mundo, sino que debemos ser transformados por medio de la renovación de nuestro entendimiento (Romanos 12:2).
Debemos negarnos a la lujuria y matarla cuando trate de apoderarse de nosotros (Colosense 3:5).
Debemos proclamar que somos nuevas criaturas en Cristo, revestidos de su justicia: (2 Corintios 5:17,21).
·         Su mente santificada.
·         Alimentada por la Palabra de Dios.
·         Sustentada por su Espíritu.
·         Vigila sus pensamientos.
·         Acepta lo que le agrada a Cristo, y rechaza lo que no.


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